Buscando Brillantes estrellas

Ya era tarde, después de viajar en el tren, llegue al fin al pueblo de Lune, es algo aburrido, la gente se ve bastante tranquila, aunque supe que tenía un barrio rojo, burdeles y putas que loco, eh?
Camine cargando mi guitarra, hasta llegar a la Plaza, había bastante gente, no puedo creer la anticuada forma de vestirse, algunas con vestidos largos, parecieran de siglos pasados, reí al verlos y al notar como los pequeños niños le preguntaban a sus madres "por que la niña tiene el pelo Azul?" Me gustaría responderles, "por que uso quimicos magicos que me lo dejan así", los niños son adorables, una de las pocas cosas que se ganan mi paciencia, es lo que menos tengo.
Vamos a buscar una banca para poder tocar Liz - Pensé, mi guitarra se llama Liz, la amo y me encanta.
Me senté en medio de una pileta y me puse a tocar, mire el cielo, estaba estrellado y las luces de la plaza hacían que mi inspiración aumentara.

Caminaba por el pueblo, quería dar un paseo, la guerra estaba cerca y yo tenía que olvidarme
de las diversiones por un tiempo, el puto cielo no me ganaría, no lo haría.
Caminé y escuché una guitarra me acerque siguiendo el sonido y vi a una chica sentada en la
pileta tocando, su cabello era azul, raro en verdad, pero atrayente a su manera, no debería
pensar en este tipo de cosas, pero, pero me llama mucho la atención esta humana.
Me acerqué y la observe mientras tocaba, esos ojos azules parecen los de un ángel, de verdad que
es una belleza, aunque me gustaría saber cual es su color natural de cabello, sonreí de lado, no
puedo evitar fijarme en lo hermoso de la vida, como ella.

- Tienes mucho talento...- dije mirándola sin quitar la sonrisa.

Estaba preparada para ponerme a cantar cuando lo vi, que sexy chico, vaya que tiene
cosas bien guardadas este pueblo, con mi llegada había visto a bastante hombres que me ponían la piel de gallina, pero este vaya que lo tenía todo para dejarme loca, me dijo que tenía mucho talento, que simpático, lo mire y sonreí, ahora tengo que cantar.

-Dejó gusto amargo en ti, voy a tener que...
colgar un cartel que le advierta a cualquier, que se acerque...no te acerques
yo no soy..
Dulce, dulce
Con cáscaras de miel dentro de la piel, Dulce.
algunas, son dulce y se las comen y les devoran hasta las pestañas. ♪
Termine la canción y no pude evitar sonreír al ver tanta gente reunida, mi hermano diría "siempre te gusta llamar la atención", la verdad si, un poco, un poco mucho.
Mire a los niños que me estaban aplaudiendo y les guiñe un ojo, que adorables, luego volví mi mirada al chico ese de la sonrisa encantadora.

-Gracias...

Seguí sonriéndole al escucharla cantar, ¿Con qué dulce eh?, reí cuando los pequeños,
comenzaron a aplaudir y lleve mi mano a la cabeza de uno de los pequeños, haciéndole una
caricia típica para los niños pequeños.

- No des las gracias, la debo dar yo por dejarme apreciar un talento cómo e tuyo - Sonreí de lado.

En verdad que es una humana interesante, tiene una leve esencia a ángel aunque ellos no son
tan excéntricos para su cabello.

- Bellisimo cabello, un bello tinte...- Sonreí.

Reí con ganas al escuchar que hablaba de mi cabello, para acercarme a él.

-Si es un buen tinte, me gusta marcar la diferencia.
Le sonreí y mire a los pequeños, sus madres se los llevaban y me apene un poco, para luego sonreír.

-Siempre los terminan alejando, un gusto soy Lucy Van Elder, de Holanda y tu?
dije directamente, no me gustan las cosas lentas y aburridas, así que estaba muy animada para escuchar su nombre, vaya sus ojos, su sonrisa, que bello y perfecto es, debe tener a todas las chicas del pueblo a sus pies.

Reí, en verdad está chica es confianzuda, vaya que sería divertido devorarla.

- Es bueno marcar la diferencia, especialmente por lo hermosa que eres...- Realmente hermosa,
podría ser una obsesión más de la que ocuparme, dejaré a Dante tranquilo con la princesita
dejaré que mi querido compañero tenga diversión, ya le quito la virginidad, si, pero aun no ah
sacado lo que yo deseo, el instinto de vampiresa, ese instinto que podría hacernos ganar en
contra de Dios y de el cual, él sabe perfectamente.

- Damien Moonblood... de Inglaterra para servirte...- Tomé su mano y la besa, piel suave y tersa
vaya, es una chica que sabe cuidar su cuerpo y eso me gusta... me gusta bastante.

Damien Moonblood, que buen nombre, me parece bastante agradable, guarde mi guitarra en su funda y la sostuve en mi espalda.
Sus labios eran cálidos, mi mano lo había descubierto.

-Bueno entonces fue un placer, voy a buscar un restorant muero de hambre.
Toque mi vientre, este sonaba y decía "tengo hambre, alimentame o te mato" si es común en mi inventar lo que dice mi cuerpo.
Luego lo mire algo sonrojada.

-Sabes donde hay uno, soy nueva en este pueblo, no se nada de él.
Le di un golpecito en el brazo, siempre hago eso con los hombres.

Sonreí mientras tomaba su mano y la guiaba por el pueblo.

- Conozco un buen lugar donde preparan comida, ven te invito a cenar - Conquistas a una
mujer por el estomago, también es fácil, solo debo conocerla, que me diga lo que le gusta, lo que
la disgusta, ese tipo de cosas comunes en una chica y lo más importante, si es virgen.

- ¿Cómo una chica que se ve tan divertida terminó en este pueblo tan aburrido? - Los que
normalmente terminan en este pueblo es porque son criaturas buscando refugio o vampiros
sedientos buscando la deliciosa sangre de Alisa.

Tomo mi mano y me guió por el pueblo, que chico mas confianzudo, sexy pero confianzudo, me hizo poner en duda su amabilidad, yo no soy de esas chicas, ni siquiera me eh acostado con algún hombre, yo siempre soy la amiga, si ellos quieren algo mas los detengo rapidamente, no me gusta que abusen de mi amabilidad, pero este chico me gustaba, unos besos locos y podre irme tranquila al hospedaje.
Me pregunto que hacía aquí, creo que puedo decirle la verdad.

-Soy una fugitiva, y este es el pueblo en donde estoy segura que no me buscaran.
Le guiñe el ojo, me daba confianza, podría decirle la verdad.

-Y tu donde vives?
Que pregunta mas fuera de lugar, eso es abuso, reí de mi misma y luego suspire.

-No pienses que quiero terminar ahí, pero es por curiosidad.
Lo dije seria y segura de lo que decía, no me gusta que piensen de mi algo que no soy, puedo ser muy divertida, traviesa y juguetona, pero jamas eh sido una cualquiera.

Reí, fugitiva, vaya que chica, en verdad me atraía de un forma extraña, no se porque, pero no
deseo su cuerpo, solo... ¿Su atención?, ¿Pero qué mierda me pasa?

- ¿Fugitiva, eh? - Reí viéndola. Me pregunto donde vivía, me dijo que no pensará que quería
terminar ahí, pero tenía curiosidad, reí mas, vaya que es algo extraña.

- No pienso que quieras terminar ahí, no te preocupes, siendo sincero tampoco eh pensado en eso,
vivo en el castillo Icebell, junto a otras personas, me hospedo ahí, es para personas... como yo -
dije misteriosamente mientras sonreía.

Como él? miren que curioso, ahora estoy mas curiosa que nunca, vaya que uso esa palabra.
Reí mirándolo y vi a un hombre sentado pidiendo dinero. Me acerque rapidamente a él y le di casi todo lo que encontre en mis bolsillos.

-Escucha amigo, te doy un consejo, trabaja, no se, puedes ser guardía de un protibulo y hay tendras licor gratis y todo lo que te gusta, nos vemos.
Le sonreí y me devolví donde Damien, que lastima me da ver a gente así por los vicios, no me gustaría terminar así nunca. Por eso simplemente evito todas esas cosas.
Mire el cielo, comenzaron a caer copitos de nieve, como odio la nieve, la detesto, frunci el ceño.

-Como la odio...
Susurre y luego mire a Damien.

-Vamos, no quiero que esto me toque!
Reí y me puse a correr.

Vaya que es interesante, le dio un buen poco de dinero al mendigo que estaba ahí, limosneando
como una rata cualquiera.
Comenzó a nevar y ella se puso tensa, pude notarlo, comenzó a correr mientras decía que la
siguiera, la seguí corriendo hasta alcanzarla y tomarla de la mano nuevamente.

- Puedes perderte, el restaurante al que vamos queda algo lejos... - Corrí mientras la llevaba de
la mano y ahí estaba, el Restaurante de Domenico, uno italiano, siempre tienen buena comida
humana aquí y el mejor vino de exportación.
Entramos y Domenico nos dirigió a una mesa, nos sentamos y le sonreí.

- Espero que te guste la comida italiana - Dije abriendo el menú.

Tomo mi mano y corrimos juntos hasta el restorant, wow era italiano, este chico esta a otro nivel, debe ser de familia adinerada, por que tiene buena pinta, ademas de que su ropa esta muy elegante, me reí de mis pensamientos y lo mire.

-Si me encanta, los fideos y todas esas cosas italianas....
Reí nerviosa, no tenía idea de comida italiana, a lo mas eh escuchado sobre ella, mire el menu y busque lo mas barato.

-Bien quiero de esos fideos con salsa de tomate!
Sonreí alegre, siempre quise probarlos todos hablan muy bien de ellos.

Le sonreí, ¿Algo tan barato?, eso solo un simple plato de fideos.

- ¿No prefieres una Lasagna? - dije mirando con una sonrisa, realmente era extraño, esta chica
no hacía más que hacerme sonreír y eso me gustaba, demasiado.

Pareciera cómo si le preocupase el precio, la verdad no debería, tengo tanto dinero cómo pudo
haberlo tenido Midas, así es, Midas existió, y yo soy el culpable de que todo lo que tocase se
convirtiera en oro, lo sé soy un demonio, eso hacemos.

- No te guíes por lo barato, puedes pedir lo que quieras...- Le sonreí dándole confianza.

Me sonroje mucho al oír que no me preocupara por el precio, rayos era mucho mas inteligente de lo que pensé, bueno quizás yo soy muy "descubrible" esa palabra simplemente no existe.

-Bueno no soy tampoco de las que piden cosas que después no se comen y odio desperdiciar comida. Así que prefiero simplemente fideos.
Le sonreí, me caía de lujo este chico, llegaremos a ser grandes amigos.

-Damien tu que pedirás, si no te molesta puedo pedir un jugo de frambuesa, es que amo su sabor...
Lo dije con voz apasionada, realmente lo amo, ese sabor tan dulce, me encanta.
Me reí un poco y le sonreí.

Sonreí, pero chica más humilde me había encontrado, sin la necesidad de la hipocresía de un
ángel.

- Puedes pedir lo que quieras, en verdad, tengo dinero incluso para quemar...- Reí era verdad,
aveces por diversión quemada mi propio dinero, pero... ¿Qué más podía hacer con él?

- Dime... ¿Tú que me sugieres que podría hacer con tanto dinero? - Sonreí - Moriré y no gastaré
ni un cuarto de él - y no mentía, realmente era así, bueno, la parte de morir, pues no, no
moriré, pero lo del dinero, pues es cierto...

Me reí mucho al escuchar que tenía dinero incluso para quemar, yo tenía tantos sueños y la falta de dinero no me permitía cumplirlos, lo mire por un segundo y luego sonreí cuando me pregunto que podía sugerirle.

-Mh... Dificil pregunta, podrías crear una empresa o algo, para luego darle trabajo a esa gente que esta en la calle y no tiene donde caerse muerto. Es una buena forma de desperdiciar dinero.
Reí nuevamente, mire por un momento la ventanilla del restorant, estaba nevando muy fuerte, me dio un fuerte escalofríos y baje la mirada.

-Como la odio...
Susurre y luego subí mi mirada para sonreír nuevamente, no tengo por que amargar a los otros con mi odio hacía la nieve, después de todo, muchos aman esa falsa pureza que guarda.

-Que aburrido, ni siquiera ponen música.
Suspire para luego reírme, siempre tan fuera de lugar Lucy, quien me entiende?

Reí con ganas esta vez, le parecía aburrido que no tuvieran música, eso me divertía muchísimo
¿Una empresa... podría tener poder, mucho poder aquí también eh?, sonreí llamando al
camarero y dándole las órdenes.

- Quisiera también música, está algo apagado aquí...- Sonreí mirando a Lucy.

- ¿Qué música te gustaría oír?- Reí suavemente sonriendo de lado, realmente esta chica me
fascinaba, mucho.

Eh, es obediente, o conciente, no se pero me agrada, me pregunto que música escuchaba, pensé un poco, este restorant parece ser muy elegante, no puedo pedir rock, me detuve a pensar, quizás una balada estaría bien.

-Bueno para no molestar a los demas, podría ser una balada, que opinas tu amigo?
Le pregunte al camarero y me miro sorprendido, me creera rara por llamarlo amigo, es solo que yo soy así, reí y lo mire levantando una ceja.

-Ok, que opina Caballero?
No pude evitar largarme a reír ganando como siempre la atención de todos, escuche susurros como "que rota", "que maleducada", "que risa tan de poco señorita", vaya personas, solo piensan en lo que se ve, nunca en lo de adentro.

-No ponga música... Déjelo mejor así...
Mire a Damien y le regale una sonrisa creo que quedo molesto con lo que dijeron las personas.

Miré a todo con enojo y los susurros callaron, miré al camarero aun más enojado.

- ¿Balada? - Pregunté irónico - ¿Porqué tendría que pensar en está gente vulgar? Quiero rock y
será mejor que te apures Camarerito...- Lo fulminé con la mirada y el corrió rápidamente,
comenzó a sonar la música de una chica, por lo que escuché de Lucy era Gilfriend de no se
cuanto Lavinge, pero bueno, si ella era feliz.

- No tienes que dejarlos opacar tu forma de ser, eso te hace única - Le dije tratando de quitar mi
seriedad regalandole una sonrisa.

Me sorprendió lo molesto que se puso y a la vez me alegro, en su cara viejas habladoras, luego le ordeno al camarero que pusiera rock, te amo Damien eres el mejor!!!
Y que mejor que poner a Avril Lavigne dios la amo a ella.

-You're so delicious
I think about you all the time
You're so addictive
Don't you know what I can do to make you feel all right?♪
Me puse a cantarla mientras movía mi cabello como toda una rockstar. Me detuve cuando lo considere un poco exagerado.

-Uuuh llego la comida!
El camarero dejo mi plato de fideos, y los comí con tantas ganas, moría de hambre, no había comida nada comestible en todo el viaje. Que mejor que deliciosa comida Italiana.

-No...vash...a...comersh...nada?
Le pregunte con la boca llena, no le mostré mi comida pero si hable con la boca llena, rayos como odio que me miren raro.

Sonreí al verla tan animada, no se por que, pero siento la necesidad de darle todo lo que ella
desee, todo, completamente.

- No... no tengo hambre comí con en castillo...- Tomé mi copa de vino, el de siempre, este vino
Italiano combinado con sangre de Jovencitas, cómo siempre los italianos y sus locuras me
ayudaban a disfrutar una combinación perfecta de sangre y vino, aparte de haberle quitado
algo de alma a Alisa, esos recuerdos si que me alimentaban.

- ¿Qué postre quieres? - Habían demasiado, espero que alguno le guste, le sonreí
esperando su respuesta.

No tenía hambre, buu es aburrido comer sola, pero el vino que bebía se veía delicioso, pero no puedo, no debo beber, tengo malas experiencias con el vino.
Le sonreí cuando me pregunto si quería algún postre, mire a un viejo que comía un pastel que se veía mas que delicioso.

-Quiere el de ese anciano!
Apunte al viejo y este me miro espantado, a lo que yo le respondí lanzandole un beso y guiñándole el ojo, así me las saco siempre, pobres viejos verdes, siempre caen.

-No es mentira Damien, quede satisfecha, muchas gracias...
Me pare de mi asiento y me acerque a él para besarle la mejilla, era tan suave.

-Voy al baño, vengo pronto.
Me fui a beber mis pastillas, era vergonzoso el tamaño de estas, pero el dolor de cabeza me mataba, luego volví corriendo donde el.

Me besó en la mejilla y corrió al baño, vi al viejo aun espantado por lo que Lucy había hecho,
llamé al camarero y pagué la cuenta, la esperé con tranquilidad a que volviera, por lo visto
la nieve no le gustaba y terminaría de nevar en una hora exactamente.
La vi volver y le hice una seña para que se volviera a sentar.

- Quedémonos aquí un rato, después de todo la nevada aun no termina, dejemos que caiga
tranquila, odio estar bajo ella...- Y es verdad, lo odiaba, no me gustaba, su pureza, "las lágrimas
de un ángel", ja, seguro...

Me dijo que nos quedaramos un rato, a él no le gustaba la nieve, lo mire y luego me senté.
Pero que me pasa, prefiero la detestable nieve que odio con todo mi ser, a que estos viejos me miren como un bicho raro.
Tomé la mano de Damien, me gustaba el calor que emanaba de ella y lo mire con astucia.

-Prefiero estar bajo la nieve, que bajo las miradas de estos abuelos!
Le solté la mano y salí del restorant, que odioso lugar, sentí la nieve caer sobre mi cabello, me quede paralizada, miraba para todos lados, estaba perdida, quería llamar a mamá, pero se que ella esta en el cielo.
Comencé a respirar con dificultad.