Un paseo muy Especial

Después de pasar tanto tiempo enferma Dominique me saco a pasear, no salía del burdel hace mucho tiempo, cocinarle a las niñas y mantener su ropa limpia me mantenía muy ocupada, mas mi resfriado y mal estar, es complicado para mi salir, pero mi princesa me saco a caminar y eso me alegra mucho, no me gusta estar encerrada todo el día, así que caminar de su brazo me renueva, mire a unos niños jugar, me daban tanta alegría esa inocencia, esa especial dulzura me hacía sentir como una de ellos, me separe de Dominique y me acerque a ellos, me abrazaron y comenzamos a jugar juntos, soy muy buena con ese balón de futbol, reía como una pequeña mientras pateaba el balón junto a ellos.

-Que divertido, ven Princesa, juega también.
La dura mirada que me dio Dominique me hizo volver a la realidad, ya no soy una niña, sonreí con tristeza y deje el balón con los pequeños.

-No me pongas esa cara...
Dije algo apenada a Dominique, que me regañaba por mi estado de salud.

Mamá a estado mucho tiempo en el burdel, ya casi ni sale conmigo, era hora de que diera un paseo junto a mi, yo se que a ella le encanta la plaza, es su lugar favorito junto a la iglesia abandonada, no se por que.
La vi acercarse a los pequeños niños que jugaban y se puso a jugar con ellos, que no entiende esta mujer, no puede jugar, su salud esta debil y no pienso perder a mi mamá por esos niños juguetones, le eché una mirada seria esa que decía, "mamá ven aquí" y ella obedeció es como una niña, me miro con pena y me dijo que no pusiera esa cara, que cara quiere que ponga cuando se trata de su salud.
Le tome la mano y la lleve a una banca para que nos sentaramos, odio las miradas de los imbeciles que la ven, chicos de mi edad la acosan, que rabia, mi mamá es mía, de nadie mas.

-Que tanto le ves imbecil!
Le dije a un chico baboso mirando el pecho sobresaliente de mi madre, estaba a punto de reventarle la cara a golpes, pero soy una mujer y eso se vería mal.
Mamá como siempre reía.

Reí al ver la actitud de Dominique, siempre es tan sobre protectora conmigo, mi princesita me protege, baje la mirada, realmente soy una carga para mi bebe y eso me tiene muy mal.
Le tome el brazo y la abrace con amor, mientras miraba a la gente pasar, ella es mi mundo, es lo único que me queda de él, del amor de mi vida.

-Te amo Princesa, no tienes que ser tan gruñona.
Le bese la frente y le hice cosquillas para que sonriera, me encanta su sonrisa, me recuerda la sonrisa de Miguel, la mire un momento y luego suspire.

-Que linda tarde, cierto?
Realmente hermosa, se veía hermoso el atardecer y sus colores.

Mamá era la única capaz de hacerme sentir como una niña, sus abrazos sus besos, siempre están llenos de calidez, que inunda mi cuerpo y me hacen sentir feliz.
Mire a un hombre vendiendo helados, el tiempo no estaba bueno para helados pero se que mamá ama el helado de chocolate, así que corrí a comprarle uno, se veía bueno.
Se lo lleve a mamá y me sonrió.

-Mamá hueles a rosas... Que perfume te echaste?
Reí se que al igual que yo tiene su ritual de bañarse en rosas, bueno de ella lo saque, pero no entiendo por que a ambas siempre se nos queda muy pegado ese olor.
Me senté junto a ella y mire a las personas, que tranquilos se ven todos caminar.

-Te sientes mejor?
Le dije lamiendo su helado.

Fuimos al parque con Selinne, ella cómo siempre tan buena samaritana llevaba un perrito en
brazos, por que estaba "abandonado" sin un hogar.

- Selinne sabes que a Alisa no le gustan los animales sucios...- Dije mirando al frente.

Los niños pequeños jugaban con un balón, llegó a mis pies y sonreí lanzandocelo, me recuerda a
mi mamá, siempre tan infantil jugando con muchos niños en las diferentes plazas que
visitamos, que recuerdos más felices...
Vi una banca ocupada por dos mujeres, pero mira que bien, esa lengua la conozco demasiado
bien cómo para equivocarme, reí arrastrando a Selinne conmigo.

- Pero mira que tenemos aquí, mi suegra y tú cuñada Selinne...- Reí y Selinne me miró con una
sonrisa interrogante.

Recogí al pequeño perro y seguí a Scott, me reprochó que Alisa no los permitía, pero no importa
en el transcurso del día le encontraré un hogar.

- Le encontraré un hogar... y si no es así entonces me lo quedaré y lo esconderé en mi habitación
no puedo dejarlo solo...- Dije abrazando al pequeño perrito, lo llamaré Spike.

Vimos a unos niños jugar a la pelota, que lindo, me encantaría jugar con ellos, pero estoy con
vestido, no es largo, de hecho es un poco más arriba de las rodillas pero podría levantarse, que
pena hubiera jugado, vi a Scott acercarse a una banca donde parecía estar Dominique con otra
mujer muy hermosa la verdad, sonreí cuando estuvimos frente a ellas y Scott dijo que la mujer
con la que Dominique estaba era su suegra y Dominique mi cuñada...

- ¡Hola! - Sonreí saludándolas, aunque me pareció algo sorprendente la forma de ser de Scott...

Sonreí al ver a Dominique lamer mi helado, es como cuando era pequeña, al parecer se acercaron dos jovenes a nosotras, pero parecían angeles, bellisimos.
El joven dijo que yo era su suegra, mire sorprendida a Dominique que al parecer se atoro.
Golpee su espalda y los mire sonriendo.

-Un gusto, Dominique... Princesa que pasa?
La mire preocupada, esta morada casi, luego sonreí y los volví a mirar.

-Soy Ermine la mamá de Dominique y creo saber quien eres tu.
Mire a Scott, ese debe haber sido el chico que hizo sonar tanto la cama de Dominique.

Al ver a Scott acercarse junto a su hermana y oirlo decir eso, me atore con lo que había bebido del helado.
Rayos no era la forma en la que hubiera deseado que mi mamá lo conociera, pero ella reacciono demasiado bien, es tan buena.

-Ho..hola Scott...
Tratando de recomponerme, mire a su hermana, parecía princesa vestida así.

-Hola, lamento que no me haya presentado el otro día, soy Dominique Phantom.
Sonreí y limpie la pierna de mi madre que había manchado con helado, ella me sonrió.
Pero esa era su sonrisa de maldad oculta, ya se, se debe haber dado cuenta de lo mio con Scott el otro dia.

Sonreí al verla disculparse, le entregué el perrito a Scott y me dirigí a ella.

- No te preocupes, lo comprendo... Soy Selinne Skyblood, gemela de Scott...- Sonreí y vi a su
madre, ella me miró un poco sorprendida.

Ahora que me dijo bien en Dominique se parece al tío Miguel, extraño en verdad, el siempre se
ah lamentado por el hecho de no haber podido ser padre. El dijo que tuvo un amor hace muchos
años, pero que Dios se lo prohibió... pobre, creo recordar el nombre de ella, Ermine...

Cómo amo ponerla nerviosa, se disculpó con Selinne por no haberse presentando, ella solo le
sonrió y me entrego al perro, se presento con una sonrisa, alegando que entendía a Dominique,
que cortes esta señorita, realmente que esta hecha en el cielo.

- Y yo Scott Skyblood... gemelo de esta señorita tan angelical...- Le sonreí a mi suegra pero su
rostro estaba raro, cómo si algo le hubiera impresionado en nosotros, extraño en verdad, es la
primera vez que la veo en toda mi eternidad y vaya que ah sido larga, por lo pronto es una
mujer joven, a decir verdad diría que tuvo a Dominique a los 17 años cuando mucho...

Las miradas de ellos me recuerdan tanto a Simmonette, me gustaría volver a verla, pero esta muerta, no me gustaría volver a llorar como todo los dias.

-Pues es un honor jovenes Skyblood, deben ser hijos de la bella Simmonette, cierto?
Les sonreí era obvio, tenían el mismo apellido todo me decía que si, ahora me pregunto como es que Dominique los conoció, mi princesa sabra que es hija de un arcángel, como se lo digo, no podría, tendre que esperar a que lo averigue sola.
Mire a Scott.

-Cariño, no seas tan duro con mi hija cuando lo hagan, la dejaste muy mal, tenía moretones y mordidas por todos lados.
Sonreí graciosa.

Me sonroje de golpe al oír a mamá decir lo de mis moretones y mordidas, eso era un secreto, le pedi que no le dijera a nadie y que es lo que hace.
La mire enojada pero aun sonrojada y luego mire a Selinne.

-Yo...yo no eh hecho nada con tu hermanito... no te preocupes...
Le di explicaciones por que podía ser una de esas hermanas celosas y la verdad no quiero problemas, mamá se reía y me apretaba la pierna, eso significaba que me había descubierto por completo y que estaba molesta de que no le haya dicho lo mio con Scott.

-SCOTT ABUSO DE MI MAMÁ!
dije en mi defensa para que ella no se enoje. No pude evitar reirme y pensar, siempre con Scott miento.

Al parecer conocía a mi madre, le sonreí y asentí, la belleza de mi madre era solo posible de
comparar con la de Selinne.

- Así es ella es nuestra madre...- Dije, al momento en que Dominique apenada comenzó a decir
sus típica mentiras-

Sonreí, con que quería mentir mi linda señorita, pues entonces recibirá su castigo, mi rosa.

- "Muérdeme Scott", ¿No fue eso lo que me dijiste? - Reí al ver su cara enojada, ¿Que iba a hacer?
ella se lo busco, debería saber que no me gusta que mienta.

-" Dame más..."- Repetí con voz exitada, no me di cuenta de Selinne hasta que escuché su
peculiar risa, suave.

Sonreí al escuchar a la mamá de Dominique hablar de mi madre, al parecer la conocía, la
escuché hablar sobre "mordidas y moretones" en el cuerpo de Dominique, me sonrojé ya sabía a
lo que se refería, en verdad me recordaba lo que Dante y yo hicimos en el comedor.

Escuché a Scott repetir palabras, vi la cara de Dominique y me pareció graciosa, me dijo que no
había hecho nada de eso, al parecer mentía, por que Scott me lo hubiera dicho si fuese verdad el
hecho de no haber hecho nada, no pude evitar reír a carcajadas por eso, ¿Pensará que soy una
hermana celosa?

- El papel de hermano celoso entre nosotros lo tiene Scott...- Le sonreí riendo con tranquilidad.