La nostalgia el peor sentimiento

Eran las 16:30 en punto, la hora que salía al balcón de la suit Icebell, era personal y de uso mio, pero no solo mio, desde los principios de mi familia, este lugar fue donde se tomaban grandes decisiones.
Como aquella que marco mi vida, mi cuerpo y mi alma.
En la guerra de los vampiros, eran los vampiros del pueblo de Lune, contra los visitantes vampiros de otro pueblo vecino.
Yo fui utilizada por ellos, por los de mi pueblo, me vistieron de guerrera, solo tenía 15 años, me encadenaron y usaron como su alimento, su fuerza...
Aún recuerdo todas las mordidas, la bestialidad de la fuerza con la que destruían mis muñecas y mi cuello. Jamas eh sentido tanto dolor y soledad como aquella vez...
De mis ojos caían lagrimas al recordar aquel angustiador recuerdo.

-Me duele... Aún me duele...
Toque mi cuello, recordé que estuve 1 año recuperándome de ese dolor, creo que tenerlos a ellos, me alegra la vida...
Antonella mi cachorrita, Scott y Selinne mis angelitos, Elissa y Franco, Damien y Dante... Bueno ellos si me enojan enserio...
Llore no pude evitar que las lagrimas calleran como un rio en mi rostro.

Entre convertida en loba a la suite de Alisa, siempre la visitaba así, sabía que Alisa aveces se
ponía nostálgica y la tristeza la embargaba, por lo que sabía que se divertía conmigo así, la vi
en el balcón, "Dolor", lo sé, vi como se tocaba el cuello, aun lo recuerdo lleno de agujeros, yo aun
era una niña cuando la vi en ese estado tan malo, llegue aquí unos meses después de la guerra
de los vampiros, hay algunos a los cuales odio, pero otros son buenos, tienen buenos
sentimientos.

Me acerque a Alisa y comencé a acariciarla como lo haría un perro fiel a su amo, pase mi
cabeza por la mano que tenía en dirección al piso y luego la miré apara arriba y una lagrima
cayó en la punta de mi nariz, la lamí y volví a acariciarla.

La garganta me sabia a sangre, ya estaba cansada de llorar, las lagrimas simplemente caían y yo las sentía, eran calidas, pero llenas de tristes sentimientos.
Cuando sentí en mi mano, aquel cabello suave tan suave que solo una persona tiene, era Antonella, mi cachorrita, creo que su cabello es el mas suave de este mundo.
La mire con ternura, era la única capaz de alegrarme en momentos de tristeza.

-Miren es mi cachorrita linda!
Me seque las lagrimas y la abrace con fuerza, una fuerza que buscaba protección, cariño y por sobre todo paz. Antonella era la única capaz de darme todo eso, ella me protegía, me quería y todo lo que necesitaba me lo daba.

-Sucede algo?
La mire sonriendo, ignorando el hecho que yo había llorado y que de seguro sintió el olor de mis lagrimas a una gran distancia, se que Antonella es la única capaz de encontrarme aunque yo este en el pueblo y ella aquí en el castillo.

-No tienes que preocuparte, estaba un poco triste, ya se me paso...
Sonreí para que no se preocupe de mi.

Me abrazó y sentí toda su tristeza, moví mi cabeza acariciándola a ella, y luego lamí su rostro
me miro con una sonrisa mientras me preguntaba si pasaba algo, negué con mi cabeza, me dijo
que no me preocupase, que solo estaba un poco triste, pero igual me preocupa, no me gusta
que le hagan daño, mucho menos que lloré sola.
Una luz me rodeó cuando quise volver a mi forma humana muy pronto mi pelaje blanco fue
sustituido en mi cabeza por mi cabello rojizo y largo.

- Me alegra que estés bien entonces... - dije sonriéndole.

- Me topé con Franco de nuevo, aunque siempre trato de evitarlo, ese chico me detesta, no se
cómo lo aguantas...- Cambiarle el tema era la mejor opción para que olvidaras esos días crueles
y feos, que no merecían lugar en su memoria.

Volvió a su forma humana y sonreí al escuchar sus típicas quejas de Franco.

-Vamos Perrita, tu sabes como es Franco, es algo especial para sus cosas, pero es un buen chico, el quiere que el castillo funcione bien y sin problemas...
Me quede pensativa un rato, era verdad a Franco le gustaba el orden en el castillo, Damien era quien lo ponía lejos de mas mal humor, por su forma de ser. Incluso Selinne lo sacaba de quicio, el cree que ella es una hipocrita como todos los ángeles, pero bueno quien puede cambiarlo.
De mi también duda, es tan idiota, pero bueno, mire a Antonella y reí, era tan divertido ver su cambio. De ser mi perrita, pasaba a ser mi perrita humana, no veo la diferencia?

-Estabas en algo especial?
Pregunte curiosa, Antonella siempre hace cosas, uno nunca sabe en que anda.
Tiene bastante tiempo libre.

Reí al verla defenderlo, cómo siempre ella defiende a su querido chupa sangre favorito o... tal
vez no favorito, de seguro ahí una competencia con Scott para ese puesto.

- O vamos, para él, que el "castillo funcione bien" sería que solo hubieran jovencitas cómo tú y
vampiros completos, no licantropos, no demonios, ni híbridos, es bastante antisocial tú
vampirito consentido Alisa...- Sonreí de lado, en verdad que quería a ese chico, tampoco me caía
mal, de hecho su vida no me importa en lo más mínimo, pero, me gusta fastidiar a Alisa, y
mucho más si está así de nostálgica, le agradezco a ese chico al menos que la haga feliz.

Vaya cachorrita, le encanta portarse mal, pero para mi perrita siempre tengo castigos.
Tome un anillo de plata y se lo mostre con una sonrisa retorcida.

-Querida cachorrita, a mi no me molestes... Y bueno si, adoro como muerde ese chico, aunque claro Scott muerde con una bestialidad que me vuelve loca, pero Franco es mas delicado y hace cosas especiales cuando te muerde...

Suspire recordando las mordidas de Scott y Franco, que maravillosos recuerdos, me ponen los pelos de punta.

-El problema es que no tengo mas vampiros que me vuelvan loca, después estan esos demonios odiosos, que bueno... igualmente me vuelven loca, pero me fastidia, sobre todo Damien, que se hace el lindo con todas con su super poder lujurioso, como es el rey, las tiene a todas, incluso a mi...

Dije apenada, después de todo, tambien soy presa facil para Damien.

Me alejé de Alisa instintivamente, plata, como siempre mi archi-enemiga, no pude evitar reír
por su comentario, así que esta el tierno de Franco y el sexy vampiro feroz de Scott. Aunque no
puedo creer que admita que también cae con Damien, vaya me siento genial por no haber caído
en sus "redes de seducción", pensándolo bien... Selinne tampoco, no todas caen en sus brazos...

- Vamos Alisa, no todas caen en los brazos de Damien, Selinne y yo no lo hemos hecho y te
aseguro que ese demonio no es mi tipo...- Reí mirándola.

-Por otro lado, ¿Estás segura que entre tú y Franco solo es amistad y bebida de sangre? - Sonreí
astuta mente, como todo lobo, somo astutos - Por que yo creo que algo más ahí...- reí mirándola.

Como siempre demasiado inteligente, me sorprende a veces mi cachorrita, enrealidad me sorprende siempre.

-Mmh... No con Franco solo es eso, es como un hermano enrealidad. A todo esto quiero que me muerdan... Tengo deseos de colmillos en mi cuello...
Reí nerviosa, la verdad cada vez que me muerden, me duele, me devuelve a todo esos tiempos.

-Pero bueno... Me alegro de que no caigas ante Damien, es un idiota que se aprovecha muchas veces, a todo esto me recordaste que lo debo castigar, el otro día trajo muchachas y el sabe que si no cumple mis reglas, se va directo al calabozo... A resibir un par de latigasos mios...
Volví a sonreir como siempre, el simplemente pensar en que pueda tener a Damien a mis pies, suplicandome, me provocaba una lujuria grande. Pero eso nunca pasaría.

Reí ante su comentario, ¿Damien?, ¿El rey demonio recibiendo sus azotes?, o vamos, si como no,
Alisa es muy fantasiosa, no creo que Damien se deje humillar tan fácil, si acepta la latigazos
debe ser por su solo morbo masoquista que es obvio que tiene ese tipo, la sexualidad y la lujuria
son sus puntos fuertes.

- Vaya que es morboso ese tipo, le gusta el sado-masoquismo - Reí al ver la cara de Alisa, si yo
también conocía esos términos sexuales.

- O vamos, ya no soy la niña de once años que recogiste Alisa, ahora soy toda una mujer - Sonreí
al menos puedo sacarle unas cuantas sonrisas.

Reí, me daba mucho gusto la forma con la que siempre me alegra Antonella.

-Sabes te vez mejor de Lobita, me dan ganas de tenerte como almohada.
Reí malvada, me encanta fastidiarla, por que enrealidad es la unica que me soporta, nadie me tenía paciencia hasta que la conocí, se convirtio, en mi mejor amiga, mi cachorrita.

-Dime cachorra, algún chico que te guste?
Levante la ceja mirandola a los ojos.

Sonreí mirándola, siempre me ah querido como almohada, muchas veces dormí con ella así,
cómo una lobita pequeña acurrucada junto a la única persona que se conmovió de ella.

- Sabes que puedo dormir como loba contigo cuando quieras - sonreí de lado, en verdad ella es un
gran apoyo en mi vida y creo que yo también en la de ella, me alegra mucho eso. Es mi como
una hermana mayor para mí.

Reí con ganas cuando me pregunto si me gustaba un chico, la verdad no, ninguno, aun no
encontraba a "ese" alguien que se supone llega para todas.

- No, no me gusta nadie, aun no encuentro a mi príncipe lobo azul - Reí por lo tonto de mi
comentario, pero que se le puede hacer, así soy.

-Siiiii!!
Salte de la emocion, me encanta dormir con Antonella, sobre todo con su pelaje tan suavecito y peludito y esponjocito.
Se veia en mi cara como mis ideas inocentes pasaban por mi mente.

-Que genial, no puedes retroceder a tu palabra!
Recorde algo importante al decir al palabra retroceder. Mañana llegaria Asuka y me pidió un favor importante que tendre que realizar para ella.

-Antonella, me haces el favor de avisarles a todos que mañana hay reunion de bienvenida, y que los quiero a todos... A TODOS, aquí!
Sonrei con inocencia ocultando mis malas intenciones.

-Pero mejor no digas que es de bienvenida, simplemente diles que es una reunion importante

Reí, realmente era muy infantil cuando se lo proponía, pero bueno, en verdad mi pelaje es muy
cómodo para dormir y la cama de Alisa es la mejor del castillo, la miré raro cuando habló de la
reunión, ¿ Alguien nuevo?

- ¿Qué les avise a todos?, pero si Franco me odia y la rubiecita hermana de él me tiene miedo, no
puedo ni acercarme, a ellos les dirás tu...- dije completamente segura de lo que hablaba, no me
meto en territorio enemigo por nada del mundo, no quiero morir joven.

Es desobediente cuando quiere serlo, la mire caprichosamente y reí.

-Pues dile a los demas, con eso es suficiente...
A los que necesito son a mis demonios, ellos deben conocerla, por algo quiere que la presente.

-Y dile a Damien, que si con esta chica se pasa de listo. Que se olvide de que es bienvenido en mi castillo, ya estoy cansada de sus faltas de respeto, yo soy amable, pero tengo mis limites.
Dije realmente seria, hasta yo me sorprendo de mi algunas veces, me preocupa el orden de mañana, quiero que todo este perfecto, sera una gran bienvenida, a mi emperatriz favorita.

-A por cierto, no te vuelvas loba, cuando llegue ella, tiene una cierta obsecion con los animales caninos... Wuaf wuaf...
Ladre molestandola y retirandome de el lugar.