Tristeza, el sentimientos que solos algunos saben quitarte.

Corrí sin darme cuenta cuando llegué al bosque Fear, aun lloraba, me dolía haber tratado
así a Alisa, pero es que no entiendo cómo es que ella puede reaccionar así, yo
también tengo todo el derecho de tener a alguien conmigo, cómo ella tiene a Franco
siempre para ella o Elissa... incluso yo. me acurruqué a los pies de un roble, rodeándome
con mi cola, aun lloraba, los copos de nieve caían, mi pelaje podían confundirse con
ellos. No importaba, no me importaba quedar cubierta de nieve, estaba muy triste
cómo para preocuparme de algo tan vano y sin importancia cómo el frío que hacía.

Mis pasos tras lo de Antonella eran despacio, no corría tras ella, necesitaba pensar lo ocurrido, antes de seguirla sentí el delicioso aroma de la sangre de Alisa, imagino que algo paso, pero no se que fue, me acerque a ella y lamí sus lagrimas, mire sus ojos, tan bellos, que me obligaron a acurrucarme junto a ella para que compartiéramos calor con nuestros pelajes.
Puse mi cabeza bajo la suya, para que estuviera mas cómoda, que suave loba, me gustaba estar junto a ella, espero al menos darle algo de apoyo.

Me acurruqué más cerca de Ethan, necesitaba sentir el apoyo de alguien, no podía dejar de
llorar, me dolía el corazón por lo que le dije a Alisa, pero... pero ella no debió reaccionar así, me
duele demasiado, no podía dejar de llorar, Ethan estaba junto a mi, puso su cabeza bajo la mía
para que estuviera las cómoda, se lo lamiendo su hocico, para luego acurrucarme mucho más
cerca de él, su calor hizo que el frío de la nieve desapareciera, seguí llorando, las lágrimas no
querían detenerse, cerré los ojos eh intenté concentrarme en la respiración de Ethan, necesitaba
cambiar mis pensamientos.

Alisa realmente debe ser un pilar fundamental en la vida de Antonella, me gustaría volverme humano y hablarle para que no este triste, pero de lobo puedo sentirme mas cómodo con ella, lamí sus ojos, sus saladas lagrimas me entregaban parte de su tristeza, nunca debí tocarla, así se hubiera ahorrado el problema con Alisa, mire con tristeza, nada me molesta mas que una mujer llorando y mas si empiezo a amarla como a Antonella.
Hice un sonido, para los lobos significaba "tranquila", es lo único que puedo decir en estos momentos.

Sentí la lengua de Ethan limpiar mis lágrimas, pero no podía, no podía dejar de llorar, me daba
mucha pena recordar lo que le hice a Alisa, Ethan me pidió que estuviera tranquila, fui muy
mala, no se el porque, pero mi cuerpo volvió a ser mi forma humana, sintiendo el horrible frió,
debo estarme castigando inconscientemente por lo que le dije a Alisa, comencé a tiritar, la
única parte de mi cuerpo que sentía calor eran mis piernas la cabeza de Ethan estaba en ellas y
su cuerpo me las abrigaba, comencé a acariciar su cabeza lentamente mientras mis lágrimas
aun caían, mojando su bellísimo y suave pelaje.

- No puedo estar tranquila... la traté muy mal... pero... pero es que tú me gustas... me gustas de
verdad... no se si será el instinto de nuestra especie pero no puedo mentir, me gustas... me
gustas mucho...- Seguí
llorando, dejé mi mano en su lomo y agaché la cabeza aun dejando escapar mis lágrimas.

Al secar sus lagrimas vi como se volvía humana, sintiendo el frío hielo de la nieve, me recosté en sus piernas y me acarició la cabeza, que manos mas suaves, me provocaban paz, pero yo debía provocarle paz, no ella a mi, me volví humano y la abrace, soy muy cálido, así que no sentirá frió, por el hecho de ser convertida debe sufrir con mas fuerza el frío que yo.

-Tranquila, Alisa daría su vida por ti, jamas se molestaría, pero ahora tu debes perdonarla por sus impulsos, no se que pensará pero debes intentar al menos ser mas paciente con ella, despues de todo no es facil llevar un castillo entero lleno de bestias a tu cargo, que todo lo que hagan sea tu culpa, no la justifico, pero intenta no estar mal por eso, que sabes que pasara.
Bese su mejilla, me gusto mucho que dijera que yo le gustaba, la calides de mi abrazo la rodeaba completa, me quite mi chaqueta para tapar sus piernas.

Me abracé a él sintiendo su calor corporal, claro, el nació lobo, yo no, solo una simple humana
convertida, hice un esfuerzo enorme por dejar de llorar.

- Lo siento... te metí en estos problemas...- Lo miré a los ojos, me sentía tan protegida con él tan
diferente, normalmente soy la que sale en la defensa de Alisa, la que era su cachorra fuerte,
pero con Ethan me siento protegida y débil a la vez, cómo si no tuviera la necesidad de ser fuerte
que él lo sería por mi. Me aferré más a él abrazándolo con fuerza.

- Gracias... gracias por estar aquí...- Susurré pegada a su cuello.

Me pidió perdon por meterme en esto?, aun es muy inocente, los lobos somos los animales mas leales del mundo y yo de ella no me separaría hasta que me eche a mordiscos, sonreí al verla tan cerca de mi, apegada, me agradeció el hecho de estar con ella, siempre Antonella, desde hoy en adelante prometo siempre estar contigo.
La tome fuerte de la cintura y la senté sobre mi, sus piernas así no tocarían la nieve, aun estaba abrazada a mi.

-Te quiero Antonella, no estés triste, pronto esto pasara, volverás cuando te sientas mejor y Alisa y tu volverán a estar bien.
Le dije al oído lamiéndolo, es inevitable son mis malditos impulsos lobunos.

Me estremecí por sentirlo hablar en mi oído y más cuando lo lamió, provoca un calor enorme en
mi cuerpo, estaba sentada sobre sus piernas y el calor inundaba todo mi cuerpo, me separé un
poco de su cuello y lo llamé.

-Ethan...- Dije para que nuestras miradas se cruzaran, no había mejor forma de agradecerle que
darle un beso.

Sentí nuevamente la suavidad impresionante de sus labios, correspondió, claro, sentí su lengua
reclamar la mía y no se la negaría, su besos son tan apasionados, tan salvajes...

Me beso, que dulce es, me provoca mil y un deseos con ella, esta loba es mía y nadie la puede tocar, la protegeré desde hoy con mi vida, nadie pero nadie puede hacerle daño.
Mi lengua deseaba explorar su boca y vaya que hacía bien su trabajo, es tan juguetona como la misma cola de un lobo.
La tome posesivamente de la cintura, haciendo mas lujurioso el beso, me separe de sus labios debía decirle lo mucho que me gustaba.

-Me encanta Antonella, me encantas, me enloqueces.
Volví a tomarla, esta vez mi beso fue mas bestial, que amoroso.
La hare mía, todas las noches, toda mi vida, ella es la loba, mi futura mujer, la princesa, la madre de mis hijos, lider de mi manada junto a mi. Mi sueño, Mi LUNA.

Me tiró contra la nieve, su beso era bestial, lo sentía morder mi labio y eso me hacía estremecer
sus manos recorrían mis piernas dándoles calor, lo sentí morder mi labio y no pude evitar
lanzar un gemido, los latidos de mi corazón aumentaban cada vez más, sentí mi pecho moverse
inquieto, me sentía tan vulnerable bajo su cuerpo.

- Ethan...- Suspiré su nombre o más bien lo gemí, no lo se bien, pero es impresionante como de
la tristeza que me embargaba en le sacó tan rápido y ahora estamos en esta situación, la nieve
bajo mi cuerpo se hizo agua. No me extraña...

Gimió mi nombre, como me excitaba oírlo de esa forma, mis manos la tomaron con fuerza, me acomode entre sus piernas y apreté el árbol rompiéndolo. Reí y la mire, la nieve bajo ella estaba derretida, eso me provocaba, lujuria y pasión, no sería malo aparearnos en el bosque.
Por que rayos pienso en eso con ello, no me entiendo, yo soy serio y centrado, con ella todo lo contrario.

-Me enloqueces, deseo hacerte mil cosas.
Rompí su polera y la deje solo con su bracier. Me puse como loco a morder su pecho, a lamerlo como algo mio, que delicioso, que suave, la perfección en persona.

Dijo que yo le provocaba hacerme mil cosas y me sonrojé, sentí sus manos sobre mi polera y
la rompió, me estremecí, comenzó a morder mi pecho cómo si me devorara, no podía evitar
gemir por eso, mis manos estaban en su cabello suave, enterrándose en el, el momento más
pasional de mi vida, su aroma corporal me volvía loca, realmente loca, pero también tenía
miedo, sería la primera vez que haría esto con alguien, no me importa que sea él, soy feliz,
pero... pero aquí... no lo había imaginado exactamente cómo el lugar de mi primera vez...

El besar su suave pecho me llevaba al cielo, tocar su suave cuerpo, y mirar ese rostro lleno de placer, me volvía simplemente loco. Por unos momentos pensé que esto estaba realmente mal, después de todo, la acabo de conocer, pero ya se volvió mi deseo, ya la quiero para mi y esto jamas me había pasado. Me separe de su pecho para apretarlo con mi mano y volver a besarla lujuriosamente. Mis deseos se podían cumplir pero solo si ella lo permitía, me separe de ella y la mire a los ojos.

-Solo si tu quieres...
Susurre y volví a apretar su pecho con fuerza, lamí sus labios y los volví a besar, esta vez con verdadera bestialidad.

Sobrevolé todo para buscar a Antonella, sentí su voz, de forma extraña... ¿ Excitada?, si conocía
muy bien como son los gemido femeninos, sobrevolé sobre ella y un chico, quería desmayarme
al verla así, era cómo si viese a Selinne ser violada, por ese maldito Demonio. Ese Dante si la
toca lo vuelvo a mandar al infierno con extremidades menos...

Bajé en picada y cómo lo hice con los borrachos lancé lejos al chico que estaba sobre ella, lo miré
con el odio de un hermano mayor cualquiera, le puse mi chaqueta encima y volví a elevarme
llevándola devuelta al castillo.

- Alisa te necesita, tienen que disculparse las dos...- Los pensamientos de Alisa me embargaban
por completo, en verdad... yo hubiera reaccionado igual o... tal vez peor.