Perdida en mi Hogar

Han pasado meses, quizás años desde que estoy oculta en una torre del castillo, a veces siento miedo, frio, pero por sobre todo la soledad de no tener a nadie a mi lado, lastima mi corazón, mi cuerpo, mi mente y mi alma.
Cuando Alisa cumplió 9 años se olvido de mi y desde ese momento que estoy sola, cuido de mi cabello, de usar vestidos lindos, como su muñeca, esperando que algún día entre y vuelva a jugar conmigo.
Eh estado mucho tiempo sola, demasiado y no me quejo, no puedo hacerlo tampoco, nadie me oirá. Salí de la torre y corrí por los pasillos, mis piernas quedaron llenas de moretones porque me tropezaba con facilidad.
Llegue a un hermoso jardin, me quede admirándolo, era como un paraíso, pero me sentía perdida, simplemente soy una muñeca perdida. El viento soplaba con fuerza, por lo que el aroma de las rosas inundaba todo el lugar, mi largo cabello al viento me hacia sentir libertad.
-Si simplemente... pudiera volar...
Susurre al viento.

Iba a ver a Dominique al burdel cuando se me ocurrió la idea de sacar algunas flores del jardín, ¿Cuales le gustarán a ella? Mh... no lo sé, espero escoger bien.
¿Eh? Una niña... Pero vaya esa niña parece una muñeca de porcela, me acerqué a ella sigilosamente, quizás si me ve saldría corriendo, ¿Quiere volar? pues eso es fácil de solucionar... Aunque ella parece realmente triste.

- Si quieres volar yo puedo ayudarte... - Le dije al oído.

Sentí como una presencia se acercaba a mi y me dijo al oído que podía ayudarme a volar.
-No es necesario...
Me voltee a mirarlo y hay estaba él, tan perfecto como había pensado que eran los hombres, su cabello al viento lo hacia parecer un principe, el mas bello de todos. Suspire y lo único que pude hacer fue abrazarlo, aspire el aroma de su camisa, un olor único. Cerré mis ojos, creo que esto le molestara, pero es la primera vez que abrazo a alguien.

Me dijo que no con la misma sonrisa de muñeca, vaya que chica mas centrada en su papel, me abrazó, la verdad me tomó por sorpresa, pero se ve tan adorable que... la dejaré hacerlo con tranquilidad, su aroma me recuerda al de los ángeles que revolotean al rededor de Cupido, cómo odio a ese imbécil, estoy casi seguro de que es Gay.

- ¿Segura que no quieres volar? - Pregunté al momento que dejaba ver mis alas.

- Te puedo dar un vuelta por los alrededores, no sería una molestia pequeña...- Le sonreí para darle confianza. Es la primera vez que soy tan amable con una extraña, pero esta niña tiene un aura demasiado triste.

Al ver sus alas me separe de él rápidamente, incluso tropensadome callendo sobre algunas rosas que con sus espinas me lastimaron.
-Augh...
Me queje un poco, duele bastante ser herida, son pocas veces las que me herido de verdad. Lo volví a mirar y me detuve en sus ojos.
-Tienes... Tienes algo que hacer, puedes ir a terminarlo...
Es la primera vez que digo algo tan largo y sin mucha dificultad, le sonreí y mire mis manos, tenían sangre, volví a mirarlo me sorprende el negro de sus alas.

Me preocupe al verla sangrar, bueno, se alejo de mi... debe ser porque mi alas son negras... Gran dilema, me acerqué a ella sin decir una palabra y la tomé en brazos, acerque sus manos a mis labios y bese cada una, el beso de un ángel, la mejor cura para las heridas. Vi cómo rápidamente su herida se cerraba sin dejar marca, le sonreí ya que aun me veía asustada.

- Tranquila... no te haré daño... Soy un híbrido, hijo de una vampiresa y de un ángel... - Como odio decir esa parte de mi.

- Pero tranquila, no tengo intenciones de dañarte... ¿Donde vives? - Seguía pareciendo una muñeca, se le notaba demasiado lo asustada, pero parecía una muñeca al fin y al cabo y su piel, cuando tuve el contacto de su piel con mis labios... realmente está chica tiene una piel de porcelana, muy parecida a la de Selinne.

Me sorprendí al ver como se cerraban mis heridas al ser besadas por sus labios, lo mire, no puedo negar que sentía miedo, pero uno dificil de explicar. Dijo ser hibrido, lo que me recordo que Alisa siempre me mantenía alejada de todos porque sus hospedados eran criaturas malignas.
Me pregunto donde vivia, pues aquí.
-Aquí... Estoy perdida, Alisa me matara...
Me abrace a él con fuerza y comencé a temblar, por el fuerte miedo que sentía a la reaccion de Alisa.

Vaya, esta chica le teme a Alisa, la apegue a mi tratando de reconfortarla y comencé a pensar, vive en el castillo, pero nunca la había visto, ¿Algo que Alisa nos haya prohibido? ¡La torre! Debe ser ella la que ocupa la torre mas alta de castillo, con razón esta prohibido para todos los seres que estamos ahí acercarnos siquiera a la puerta, esta chica debió querer salir a tomar airé fresco, parece una muñeca si, pero es una persona normal. Bueno... normal, normal... no lo sé, porque tiene pinta de ángel. Tal vez sea híbrida.

- ¿Vives en la torre mas alta de castillo no? - Pregunte en un susurro, mientras acariciaba su cabello tan suave, ni la seda se le asemejaba, muy parecido al cabello de Selinne pero liso.

Me pregunto si vivía en la torre mas alta del castillo, lo mire y suspire.
-Si... desde que tengo uso de razón vivo en ese lugar...
Por algún motivo sentía que todo esto terminaría muy mal, las muñecas solo estan para divertir y obedecer ordenes, yo no estaba haciendo lo que Alisa me dijo que haga, tengo miedo, mucho miedo... Nunca debí salir.
-Sera mejor que vuelva...

A mi suit había llegado el sonido de la campana de la torre principal, la que sonaría si algun día Anette intentaba escapar, ella es mi muñeca, un regalo de mis padres y nunca la dejaría en libertad, corrí por todo el castillo, hasta que la encontré. hay bien pegada a Scott, en sus brazos, ¡¿QUE RAYOS?! Scott nunca es cariñoso con nadie y porque ella me desobedecio, la sangre me ardia de rabia.

-Que haces fuera de tu lugar Anette?!
Grite con furia, estaba muy enojada, mire a Scott, lo hice para que la soltara, no me agrada que toquen mi juguete personal, mamá y papá la compraron solo para mi!.

Le sonreí con... ¿Pena? Si podría decirse que ella me sacaba a relucir ese sentimiento... me alce del piso batiendo mis alas, si tanto miedo le tiene a Alisa será mejor que no la vea merodeando por el castillo.
Mi pensamiento llego tarde, Alisa estaba atras de mi, suspire con pesar, al parecer ella se llama Anette, pobre pequeña esta tiritando demasiado.

- Relajate Alisa, la niña se perdió, además de eso, es una niña no un juguete cómo para que te vuelvas tan loca, deberías entender que un ser vivo no es de tu propiedad... - Solté friamente mientras mantenía a la niña abrazada a mi.

- No deberías mantenerla encerrada - Estaba enojado, ese sentimientos salió de la nada, esta pequeña me revuelve completamente todos los sentidos y sentimientos, primero le tenía pena, ahora me siento enojado, muy enojado con Alisa.

Me quede boquiabierta cuando escuche como él trataba a Alisa, quien era y con que derecho lo hacia, estaba tan sorprendida que hasta el miedo se me quito, oculte mi cabeza en el cuello de él y no mire a Alisa, no quiero problemas.
-Sera mejor que me vaya...
Pero las lagrimas calleron por mi mejilla, estaba llorando y eso esta muy mal, las muñecas no lloran, no deben llorar. Moje el cuello de él con mis lagrimas, que no se detenían.

Que me relaje, quien se cree para decirme lo que es bueno o malo, lo mire realmente furiosa, esto ya me estaba sacando de mis casillas.

-No oiste o que? Anette responde!
Pero no estaba enojada con ella, estaba furiosa con Scott, esa mocosa es mia y nadie puede jugar con ella, ya me estaba cabreando el hecho de que no se de cuenta de lo que queria.

-Scott, pensé que leerías mi mirada, suéltala ahora!
Pero como siempre, es peor que Franco cuando se trata de ser terco.

-QUE LA SUELTES!!

Me eleve un poco más arriba alejándome de Alisa al sentir a Anette llorar, Alisa en verdad me estaba cabreando, parecía una niña mimada y no la adulta que era.

- Pareces una niña mimada, ¿No ves que tus caprichosos a hieren? - La mira enojado.

- ¿Qué no te importa qué está pobre niña llore? ¿Qué este sola? ¡Mientas qué tú estas rodeada de personas! - Es una niña caprichosa, pero no, no siempre tengo que andar haciéndole caso.

- ¡Comportarte cómo la mujer adulta que eres! - Mis ojos se volvieron grises, oh no, me estaba enojando. Si mis ojos se ponían negros nadie me iba a detener.

Caminaba por el pasillo que daba al jardín, pude ver a Scott elevando en el aire mirando a Alisa, ella parecía enfurecida, y Scott... tiene los ojos grises... eso es malo, pero ¿Qué tiene con él? Una niña... si es una niña, parece cómo si la protegiera de Alisa... que extraño... ¿Qué podría hacerle Alisa a esa niña? Incluso Alisa se encuentra embarazada.
Me acerqué a ellos, Scott y Alisa se desafiaban con la mirada, ambos se veían enfadados...

- ¿Qué pasa? - Pregunte y pude oler lágrimas, la niña en los brazos de Scott estaba llorando.

- Alisa... estas muy sulfurada, deberías entrar, no es bueno que estés así en tu estado... - Me acerque a ella pero me alejó bruscamente.

Me aferre a su cuello, la lastima sera un sentimiento bueno? porque eso es lo que siente él por mi, Scott que lindo nombre.
Tome con mis manos su cara y le bese la punta de la nariz.
-Puedes bajarme Scott, debo cambiar mi peinado...
Sonreí, lo mejor que podía hacer era volver a mi lugar, a mi habitación, donde estaría sola como siempre.
Deje de llorar y solo le sonreí.
-Espero volverte a ver muy pronto.

No soy una mujer mimada, no soy caprichosa. Maldito Scott.

-Sabes que mas... Vete a la mierda.
Mire hacia ellos una ultima ves. Hay aparecio Selinne, la aleje con fuerza, a ella no le puedo llevar la contra, tenía razon, no puedo portarme así, si estoy embarazada..

-Anette, te quiero a las 5pm en tu habitación!
Me di media vuelta y seguí mi camino, soy cruel lo se, pero es un regalo de mis padres, uno de los poco que alcance a proteger antes de que murieran, ella es obra de un pecado, aun si la dejo en libertad, Dios mismo la matara, no todo es maldad en mi corazon o capricho, y detesto que ellos no se den cuenta.
Me perdí entre los pasillos.