Una buena forma de Satisfacerse

Él se acerco a mi y limpió mi boca, sonreí un poco al verlo, es tan amable conmigo y apenas
nos conocemos, reí al escuchar lo que decía, ¿Realmente encontraba así su sangre cuando yo
deseaba solo morder su cuello?, pero me contuve y le sonreí al ver que estaba bien, pero de un momento a otro se sujeto la cabeza y grito de dolor, callo al suelo mientras continuaba con su
cabezo firmemente tomada entre sus manos.

- Dante... - Me preocupé mucho así que lo recosté en el piso, los ángeles tienen un cura milagrosa
que puede sanar a cualquiera, solo espero que yo también pueda hacerlo. Respiré hondo y contuve la respiración para no aspirar el aroma de su sangre y uní mis labios con los de él,
debía funcionar, por favor Dios, ayúdame a salvarlo, déjame tener este poder curativo,
por favor...

Ya no soportaba el dolor cuando sentí que Selinne me recosto en el suelo, por que seguía viendo a Damien?, por que veía el inframundo? Que mierda me pasa?
Cuando esos suaves labios, tocaron los mios, eran los labios de un ángel, que rogaban a dios el milagro de salvarme, dios jamas salvara a demonios y eso lo se mejor que nadie, ella tenía fe y la fe es algo que no me gusta que los demas pierdan.
Fingí abrir los ojos, sin separme de sus labios, quería que ella me separara.
Al fin esas horribles imagenes se fueron de mi cabeza, era un gran alivio para mi.

Me mantuve con los ojos cerrados aun con mis labios unidos a los de él, no quiero que le pase
nasa mucho menos por mi culpa, no quiero que se dañe, sentí como ya no se retorcía con dolor
y abrí mis ojos, pude ver como él me miraba fijamente, me sonrojé en ese mismo momento
y me separé de él dándole espacio, corrí a la cocina y volví rápidamente con un vaso de agua,
tal vez esto le ayude.

- Toma...- Dije apenada entregándole el vaso con agua y sonriéndole aun sonrojada,
para cualquiera lo que acabo de hacer es un beso... ¿Pensará que soy muy atrevida?

Reí al ver su reacción ante mis ojos vigilantes, se sonrojo y se fue corriendo.
Me senté en el suelo y apareció con un vaso de agua, es tan amable, pero detesto el agua, ese sabor tan aburrido, no me agrada para nada. Lo tome forzándome, era asquerosa, como odio el agua normal.
Me pare del suelo y tome mi copa de vino, me tome todo lo que quedaba de un solo sorbo.

-Gracias, al parecer eres un ángel que cura... Y no te preocupes, no fue tu culpa, es una enfermedad que nos da a los demonios cuando nos emocionamos.
Amo mentir, es deliciosa la sensacion, pero por algun motivo a ella no me gustaba hacercelo.
Mis mentiras siempre parecen ser verdades así que no me preocupe.
Me volví a acercar a ella y le acaricie su cabello.

-Enserio no tienes que preocuparte. -Le mostre mi cuello, los colmillos habían desaparecido de el.

Sonreí aliviada al ver que estaba bien, se paró y se tomo de un sorbo su copa de vino, pero lo que
me decía no me convencía del todo, se acerco a mi y me acaricia el cabello, aun estaba
sonrojada, todavía sentía el calor de sus labios sobre los míos, miré sus labios y me sonroje
nuevamente, ahora las palabras de mi madre se hacen más fuertes en mi memoria...
"Cuando el deseo por un hombre llega hijo, lo primero que desearas nunca soltar es su cuello y
lo segundo son sus labios... lo tercero ya es pasar por grandes ligas, como su cuerpo..." Me sonrojé
aun más al recordar eso y lo miré a los ojos para luego desviar la vista a su cuello las marcas
ya no estaba eso quería decir que estaba bien...

- Me... me alegro...d... de que... estés bi...bien...- No pude evitar el tartamudear, mire para otro
lado, me sentía cohibida por su mirada.

"El amor es juego de perdedores", si es así estoy pensando seriamente en volverme uno, la mirada de Selinne me hacía sentir especial, por primera vez siento que una mujer me mira sin exactamente deseos lujuriosos, incluso Alisa me a atacado con sus garras de mujer, aunque a ella la respeto por la amabilidad de mantenernos aquí, sufriendo fuertes humillaciones.
No quiero que a Selinne la traten mal por estar con un demonio, ella es un ángel, es un amor totalmente prohibido, aunque tenga lado vampiro, ella parecía mucho mas un ángel.
Ademas quien me aseguraba de que cuando apareciera otro ella no se ira con esa persona.

-Te dije que no necesitas preocuparte y tener nervios es parte de la preocupacion, no te preocupes por nada, si?
Sonreí sin expresión, estaba realmente sumido en mis pensamientos.

Me asustó un poco esa nula expresión en su rostro, bajé la mirada triste, tal vez estaba enojado
conmigo, lo sabía no debí beber su sangre, el solo estaba siendo amable y me ofreció un poco
debí haberme excedido o... o tal vez fue por haberlo... bueno... no... o si... o no se... pero haber
unido mis labios con los suyos, tal vez eso le molestó, no debí hacerlo, pero... pero no quería verlo
sufrir, no a él... no pude evitar levantar mi mirada triste y poner mis en contra de los suyos...

- ¿Estás enojado?- Las palabras salieron solas de mi boca, estaba atemorizada, después de todo lo
que había pasado no sabía como reaccionar, después de todo, recién nos estamos conociendo y él
ya... ya me ofreció su sangre.

Escuche de sus labios las palabras que jamas imagine escuchar de una persona hacía mi, yo nunca represento mi enojo con las personas, el unico que me a visto molesto es Damien y fue por un error, el tampoco debia verme.
Al verla tan preocupada simplemente tome la iniciativa y la abrace con cariño, ella estaba preocupada, cuantas veces le eh dicho que no se preocupe y aun así lo esta.
Deberia tomarlo como una falta de respeto, pero ella es... ella es Selinne y no puedo tomar nada mal de ella.
Bese su frente con cariño

-Esta sera la ultima vez que te lo diga angelito, no te preocupes, es solo que me perdí en mis pensamientos...

Le tome la mano y se la bese.

Noté que se sorprendió por mi pregunta y luego me abrazó, cuando sentí sus brazos rodearme
un escalofrío me recorrió la columna y me aferre a él, su aroma masculino me llegaba de lleno
y podía respirarlo libremente, nunca antes un chico que no fuese mi padre o mi hermano me
habían abrazado, mucho menos hecho lo que pasó cuando... cuando yo bebí su sangre,
realmente el sacaba algo de mi que ningún otro podía.
Me llamó angelito al decirme que no me preocupase, que solos estaba metido en sus
pensamientos, pero es que me preocupa, quiero ser su amiga... Tomó mi mano separandome de
él y la besó, sonreí apenada, Dante realmente era un caballero.

- Eres realmente muy caballeroso Dante...- Le sonreí besándole la mejilla.

Pero por que era tan imposible nuestra relación, incluso si se trata de amistad, ella es angel vampiro, dos criaturas que se supone son enemigos de los demonios, que puedo hacer, nada?... Creo que me estoy obsecionando con ella. Si lo hago la metere en graves problemas y es lo que menos deseo en este momento.
Alisa es rencorosa y si alguna vez me quiso no le gustara que yo desee a Selinne, aunque noo eso no es un problema, el problema es que ella dijo tener un hermano, que pasa si no es un hermano inocente...
Cuando sentí su beso en mi mejilla, fue dulce y calido.

-Gracias, me haces sentir calidez, una calidez unica y especial...
La tome de la cintura acercandola a mi.
-Eres muy especial para mi Selinne...

Me perdí en sus ojos azules al momento que me tomo de la cintura sentí como mi piel se erizaba
estaba tan cerca de su rostro, tanto que sentía como se mezclaban nuestros alientos, el suyo olía
a vino, pero no era malo si no que un olor dulce mientras que el mio, estaba segura que olía a
chocolate, el solo recordar el contacto de mis labios con la piel de su cuerpo provocaba que me
dieran escalofríos, cuando comenzó a hablar mis ojos no se quitaban de sus labios, en especial
cuando dijo que yo era una persona muy especial para él. Mi corazón comenzó a latir con mucha
fuerza note como mi pecho subía y bajaba rápidamente lo miré a los ojos nuevamente,
perdiéndome en ellos.

- Tú también eres muy especial para mi... Dante...- susurré muy cerca de su boca por lo que
estaba algo sonrosada.

Al decirme que yo era especial para ella, no pude evitarlo, era mi momento, debía aclarar mis sentimientos.
La aferre a mi y de un pequeño empujon la subí a la mesa, me acomode entre sus piernas y me acerque a su oido.

-No puedo evitar tener este deseo...
Susurre en su oido, cuando le tome el rostro y la bese con pasión, esta vez mi lengua deseaba mas de esta dulce princesa, debía explorar esa apetitosa boca, no me sorprenderia cualquier reaccion que ella tuviese conmigo, pero debía probarla.
Jugué con su lengua mientras mi beso se volvía mucho mas apasionado y feroz.

Sentí como me aferraba a él y de forma rápida me subía a la mesa y se acomoda entre mis
piernas, me sonrojé. Luego lo vi acercar su rostro a mi, llevo sus labios en contra de mi oreja y
comenzó a susurrar en mi oído, ¿Deseo, a que se refiere?
Tomó mi rostro y sentí sus labios sobre los míos, su lengua entro en mi boca bruscamente, me
estremecí sintiendo como su lengua reclamaba la mía, sentía mi pecho subir y bajar de forma
rápida, intente seguir su ritmo pero me sentí inútil, nunca antes me habían besado, mucho
menos de esta forma, me incliné un poco más atrás, la fuerza que ejercía sobre mi era
impresionante, sentía un sabor amargo con cada roce de nuestras lenguas, debe ser el sabor del
vino, claro, mis manos se movieron solas y mis brazos las siguieron rodeando su cuello, me
faltaba la respiración pero no importaba, no quería que terminase.

Ella me apoyaba, no estaba en contra del beso que le había dado y seguia degustando.
Deliciosos, adictivos y puros labios. Su lengua era una bomba de lujuria para mi. Que bien se sentía devorarlos de esa manera.
Baje una de mis manos y acaricie una de sus piernas, eran más suave que la seda, maldita sea, los deseos subían a mi con fuerza, pero debía detenerme o la dañaría y eso era lo que menos deseaba en ese momento, no quería que me tuviera miedo y menos que me mire con odio.
Me separe de ella respirando a centimetros de su boca.

-Puedo seguir?

Al menos debía pedirle permiso para entrar como una bestia a su boca, mi lengua pedía mas de la suya, mis manos pedían mas de su piel, pero ella debía permitirme.

Comenzó a acariciar mi pierna y eso me puso nerviosa, pero no podía separarme de sus labios
eran tan adictivos como su sangre, su lengua reclamaba la mía de un forma llena de pasión
un vampiresa que había conocido años atrás me lo dijo, que uno de los puntos fuertes de los
demonios era esto, todo lo que llevaba a lo pasional, nunca me imaginé en una situación como la
de ahora, pero no me desagradaba, se separó de mi y me miro a los ojos, preguntándome si podía
seguir, me mantuve examinando su mirada, no sabía que responderle...

- Bueno... yo...- sentía mi respiración entrecortada aún - El beso me gusto... pero... pero que me acaricies tanto me pone... nerviosa...- no quería hacerlo enojar por lo que mire al piso apenada, el estaba tan cerca de mi, aun podía sentir su aliento mezclarse con el mio.

Sonreí de lado al escuchar su respuesta, me parecía excitante el hecho de que hable con dificultad, pero si la pone nerviosa el que la toque tanto, tendre que dejar de hacerlo.

-Ok... aremos las cosas mas pacificas...
Reí aún no se me iba la sonrisa, esto se pondria realmente bueno.
La abrace de la cintura para no tocarla o mejor dicho incomodarla, volví a tomar su rostro y choque nuestras narices un momento, para que ella me sintiera suyo.

-Me gustas Selinne... Me gusta tu dulce sabor...
La bese, este beso fue distinto, se lo di con algo que jamas eh besado, no se como se llama este sentimiento, pero realmente su lengua era mi total debilidad desde hoy, era deliciosa.
Mientras jugaba con su lengua, me vino a la mente el sentimiento llamado "amor", quizás de esa forma la bese, no era lujuria, era mas bien amor.

Levante el rostro y él solo me sonreí lo que provoco que yo también sonriera, dijo que haríamos
las cosas mas pacíficas y me rodeo con sus brazos, volvió a tomar mi rostro y jugo con nuestras
narices, reí un poco de lo tierna que me pareció, siempre imaginé a los demonios solo movidos
por la maldad, pero Dante es tan diferente.
Me sonrojé al escucharlo decir que le gusto... que le gusta mi sabor... mientras volvía a besarme
de forma diferente, más lento, mucho más tierno, menos feroz, suspiré entre el beso, realmente
el también me estaba gustando, siguió jugando con mi lengua y yo continué intentando
seguirle el ritmo, a pesar de que ahora era más lento aun no me acostumbraba a estos besos.

me da mucho gusto que a ella no le desagrade, no me molestaría cambiar por ella, y hablo enserio... Normalmente juego con las mujeres, las pisoteo y destruyo sus sueños después de abusar completamente de ella y sobre todo de su confianza.
Por que Selinne era tan especial, por que si muchas veces estuve con ángeles, a muchas de esas bellas criaturas puras las volví totales angeles caidos y luego corte sus alas humillandolas, esta vez era muy distinto, Selinne, ella es distinta, no es un juguete, es mas bien un desafio, quiero que ella me ame, que simplemente me desee solo a mi.
Pero es peligroso, el solo hecho de que ella me ame es peligroso, dios es muy vengador y celoso, los suyos son suyos, el diablo es mas docil, el si deja, el si comparte, pero no quiero que la ira y la crueldad de dios caiga sobre mi querida Selinne, por que esa ira es aun peor que la de todo el inframundo junto.
Nosotros podemos hacer caer a los angeles, pero ellos pueden purificar el mundo y eso es un castigo muy grande para nosotros, las criaturas de la noche.
Me separe de Selinne.

-Lo siento, no mereces que dios te castigue...

Si que es un experto en estos temas, nunca antes había besado a nadie, pero Dante se parecía a
los chicos de las películas románticas que veo con Antonella, "el chico malo" de las películas,
sonreí entre el beso, de alguna forma me alegraba que fuera él aunque apenas lo conozco, sentí
como se separaba de mi de apoco, alcance a darle un último pequeño beso cuando escuche de
su boca algo que en realidad me puso bastante triste.

- ¿Qué dios me castigue? -pregunte casi sin voz, había visto la ira de dios contra muchos, en
realidad muchas, por caer en las garras de un demonio, o mejor dicho en... en su cama...

- Dios no puede hacerme nada... - Lo miré a los ojos no quería que él se alejara de mí... - No soy
un ángel por completo, también soy vampiresa y lo que siento contigo no lo había sentido jamás
por nadie...- lo solté todo, estaba completamente ruborizada, pero no me gusta ocultar las cosas
tenía que decírselo.

Me sorprendio bastante la respuesta de Selinne, su mirada me dio confianza y sus ojos tenian seguridad al decir que dios no le podría hacer nada, sonreí mucho al escucharlo.
Luego me separo de ella y la pude ver completa, estaba muy ruborizada, parecía un tomate, me separe sonriendo.

-Tu seguridad ante tu dios me sorprende mucho Selinne...
Luego me volví hacía ella y la tome del menton sonriendo de lado.

-Lo que me haces sentir tu, es algo que jamas, en mis muchos años eh sentido. Es único me llena de vida y pasión, pero esta es una pasión especial, que me vuelve me vuelve loca.
Bese castamente sus labios y le guiñe un ojo. Su cara aun no volvía a su color natural.

Aun seguía sonrojada, realmente Dante sabía como hacerme sonrojar por cualquier cosa, lo
miré aun apenada y no pude resistir el impulso de abrazarlo fuertemente, realmente me
gustaba, no se en que momento, menos en que segundo, pero se, que fue rápido y como mi
madre me dijo una vez, "Él amor a primera vista en ocasiones es el equivocado, pero en otras es
el más puro y hermosa que puedes encontrar, solo debes saber reconocerlo" y estaba segura que
Dante es ese amor a primera vista que será el más hermoso de todos...

- Te quiero - Fue todo lo que atiné a decir aferrada a su pecho, aspirando su delicioso perfume.

Me corazón se estremecio al sentir como ella me abrazaba, me sentí debil, pero era una debilidad que me gustaba, me llenada de amor, ese amor que los demonios jamas sentimos, pero que lindo es sentirlo con ella.
Escuche de su boca esas palabras, que me dejaron sin aliento "te quiero" no sabía que hacer, que decirle, como ser dulce, siempre rompí el corazón de las mujeres que me decían eso, pero a Selinne no, por nada del mundo quiero romper su corazón, me mataría antes de hacerlo, debía pensar rapido y la mejor respuesta sería.

-Yo tambien... No sabes cuanto.
Le devolvi el abrazo, la amaba, la amo... Me obcesiona de verdad.

Mi corazón se aceleró cuando me dijo que también me quería, bese su mejilla, y lo miré con una
sonrisa, aunque él sea un demonio, no me importa, no me importaría pelearme con mi padre
por estar con él, de repente Scott pasó por mi mente, con él si que no quería pelear.

- Mh... ¿No te molestaría conocer a mi hermano gemelo verdad? - pregunté un poco apenada
Scott no es muy amable cuando se trata de chicos que están conmigo y creo que mucho menos
si es un chico al que eh besado, o me ah besado... bueno el punto es que... no se porque, pero
siento que esto hará que a Scott le de un infarto...

Volvió a besar mi mejilla, lo que ella debe saber que me hace sentir muy bien, el tenerla así para mi me hace sentir realmente feliz... Es algo que jamas podre explicarle a otras personas, por que es un sentimiento demasiado profundo e intenso.
Pregunto por su gemelo, tenia hermano, vaya esto seria un problema.

-No me molestaria para nada, pero espero que el no este en contra de nosotros.
Le acaricie la cabeza y bese su frente, adoraba tocar con mis labios su piel, como seria tocar todo su cuerpo con mis labios, saborearlo, lamerlo, morderlo... Cuantas ideas pasaban por mi mente, pero no era momento de pensar en eso.

-Cuando quieras puedo conocerlo...
dije con tranquilidad aunque sabía en el problema que me estaba metiendo

Sonreí al saber que tenía su apoyo para conocer a Scott, es algo malhumorado, pero no es malo
solo quiero protegerme de cualquier cosa mala, pero Dante no es malo, es alguien muy especial
mi... mi amor a primera vista, como dijo mamá.

- Scott es algo maleducado aveces y enojon y sobre protector, también es algo agresivo pero no
es malo, es solo que me cuida mucho, estoy segura que caerás bien - Le sonreí aun abrazada a él.

Aun que no confió mucho en que Scott este muy feliz de que Dante sea un demonio, pero se que
comprenderá que lo que siento por Dante, si.. lo hará, después de todo a él le gusta verme feliz y
yo sé que Dante me hará feliz.