Una Bienvenida

Tome su cintura y subí su vestido, lo desgarre un poco para llegar mas rapido, mi misión, era lamer y beber todo lo que sería mio.
Abrí forzosamente su piernas y con mi uña rompí su ropa interior, me agache un poco y comencé a lamer la parte mas intima de Selinne, la poseía era mia, que placer mas grande y que sabor mas unico, lo que mas deseaba era que ella botara toda su pasión, y que mi boca sea la receptora de ella.

-Selinne, esto sera solo el comienzo.
Lamia y daba mordidas al mismo tiempo, que sabor, me tenía completamente a sus pies.

Dante dijo que haría algo que me haría sentir bien, debo admitirlo estoy nerviosa
y también asustada, con una mirada cerro la puerta con seguro, me asuste aun más
por eso, se alejo un poco de mi y me agarró con fuerza de la cintura subiendo lo poco que
quedaba de mi vestido, tenía las piernas firmemente juntas, el bajo y las separó con fuerza
rompió mi ropa interior, estaba totalmente avergonzada.
Sentí su lengua en mi parte intima y lancé un grito cuando sentí como daba mordidas, esto
me sobrepasaba comencé a respirar con dificultad y a gemir mas igual de extraño, me mordí
el labio nuevamente para no hacer esos sonido tan raros para mi.

- Dante... p...po...por...que... q...uieres tan...to... ha...hacer...esto...- me costaba hablar, sentí
un liquido correr por mis piernas y me avergoncé mucho más, me sentía tan extraña, pero
al mismo tiempo muy bien... y eso, es extraño para mi.

Escuchar los gemidos de Selinne era una fuerte inyeccion de placer para mi.
Un momento subí la mirada para ver el rostro que tenía, era bello, estaba lleno de quejas y placer lo se, volví a lo mio con mas intensidad mis mordidas se hicieron mayores y las lamidas alcanzaron mucho mas de lo que imagine y lo que deseaba ya estaba dentro de mi boca, la pasión corría por entre sus piernas, para ella su alimento fue mi sangre, para mi el alimento es este.

-Por que tu ya te alimentaste, ahora me toca a mi.
Dije limpiando mis labios con mi dedo para luego lamerlo.

-Se siente bien, cierto?
Metí el dedo que lamí y al sacarlo volví a lamerlo, era tan placentero el sabor, que volví a meter mi lengua ahí sin dejar de lamer, era una bestia que devoraría todo su interior.

Me sentía tan agitada que no podía dejar morder mi labio, los gemidos extraños
salían libres de mi boca, note que Dante dejo de hacer... eso, para mirarme, me sentía tan
extraña no podía gobernar mi cuerpo, estaba completamente entregada a él, dijo que quería
alimentarse de mi, no entiendo cómo, solo... solo se que moje mis piernas y hacía las lamidas
y mordidas más intensas, estaba completamente agitada.

- No... no...l...lo se... me...me sie...siento... ra...ra...- sentí su dedo entrar y salir de mi interior,
lo vi lamerlo, me sentí tan avergonzada por eso, volvió a lamer pero estab vez lo sentía muy
dentro, mis piernas comenzaron a temblar, tan nuevo, tal extraño para mi, pero se sentía bien,
realmente bien.

Ella me debía este favor, yo la alimente 2 veces ahora le toca alimentarme a mi, que ricura es sentir su excitación en mi boca, sus gemidos eran música para mis oídos y sus jadeantes palabras llenaban mi cuerpo, aun no se si es el momento para entrar, pero creo que no debo hacerlo, la veo aun tan inocente, sera mejor que rompa su inocencia de a poco y la vuelva adicta a esto.
Saque mi lengua lamiéndome los labios.

-Quiero que pidas mas...
Me acerque a su boca y la lamí, me quede mirando, quería oír de sus labios que esto le gustaba y que quería que yo siguiera.

Me sentí avergonzada, mi cuerpo me pedía más y debía decircelo yo... yo no se...
es tan extraño este sentimiento, el calor sube por mi cuerpo y parece no desear irse, este deseo
es extraño, pero debo afrontarlo, no me gusta mentir y no comenzaré a hacerlo...

- Yo... yo... qu... quiero... q... que... si...sigas...- me sentía totalmente avergonzada, corrí la vista
para otro lado con mucha verguenza, Dante sabe tanto de esto y... y yo... yo no se, que debería
seguir o si esto es todo lo que se hace... yo.. yo no sé.

Era una corderita que iba directo al matadero, su inocente rostro no desaparecía a pesar de tener que elegir lo que pasaría con ella, me sentí mal por un momento, pero me gustaba este juego y sobre todo si ella era la victima de el, me dijo con dificultad que si quería que siguiese cosa que me lleno de vida, la toma de la cadera eh hice que mi lengua entre lo mas dentro posible, sintiendo la pared, esa pared que solo podría romper con mi amiguito, esa pared que al destruirla me dejaría entrar a un mundo lleno de placer.
Saque mi lengua y la mire a los ojos, ella es inocente no puedo hacerle esto, aunque los deseos sean tan fuertes.

-Selinne, te amo... te amo y quiero que seas solo mia, de nadie mas...
Dije tomándola de la cintura acomodándome entre sus piernas, si ella se movía un poco quizás este preparada. Tome su rostro y le di el beso más lujurioso que eh dado en toda mi existencia.

Sentí su lengua entrar a lo más profundo de mi y eso me avergonzaba bastante,
no me puedo mi cuerpo, me siento totalmente a su merced, esto debe ser un acto de amor por
lo que no importa, yo haré lo que el diga, sentí como lentamente iba saliendo y eso me hizo
lanzar un grito mientras mis piernas temblaban.

- Dante...- Suspiré, no podía creer en la situación en la que me encontraba, era tan rara, tan
distinta a cómo dicen los ángeles que podría ser, se acomodo entre mi piernas al momento que
me besaba, correspondí abrazándolo mientras me acercaba más a él a su cuerpo, para poder
abrazarlo bien.

A pesar de la odiosa llegada de Asuka, el acto que estaba teniendo con Selinne era lejos lo mejor.

-Selinne, te amo...
Dije mordiendo su oreja, hay algo que estaba deseando y era hacerla mia, desde hoy me prometo a protegerla por toda la eternidad.

-Dolerá, pero puedes morderme, para satisfacer el dolor.
Susurre en su oído y baje la cremallera de mi pantalón, ahora vendría el momento en que la haría mia, espero que no sufra tanto, al principio seré amable, luego todo se volverá pasión, una pasión que de seguro la destruirá por dentro, su ser sera simplemente mio y podre beber, todo el placer y ella toda mi sangre.

Se separó de mis labios y se fue directo a mi oreja, susurrando que me amaba, mi
corazón se aceleró aun más mientras sentía cómo mordía mi oreja, me estremecí.
Volvió a susurrar en mi oído, que dolería, pero que podía morderlo para satisface el dolor, no
entiendo a que se refiere, bajo su mano y bajo la cremallera de su pantalón, me sonrojé en ese
mismo momento lo miré a los ojos asustada, ¿Qué haría?

- Dante... ¿Que...? -sentí como me tomaba de la cintura con firmeza, y luego dolor, mucho dolor,
lancé un grito y me aferré a su espalda con fuerza podía sentir las lágrimas agolparse en mis
ojos pero las contuve, no quería preocuparlo.

- D...du...duel...duele...- El dolor me invadía completa, era un sentimiento extraño el que me
embargaba, los gemidos huían de mis labios sin que pudiera detenerlos, dolía, mucho, pero
también sentía algo extraño, ese dolor comenzaba a gustarme.

Ahora venía lo mejor, después de entrar, puedo hacer paso a moverme, pero Selinne se quejo de que dolía, lo imagine, siempre duele la primera vez, incluso para los hombres, pero yo tenía que hacer que Selinne sintiera el verdadero placer del sexo.
Tome sus piernas e hice paso a mis embestidas, las cuales no fueron violentas, fueron suaves y placenteras.

-Si duele, puedes morder, recuerdalo...
Volví a susurrar en su oído lamiendolo, ella podía hacer lo que quería o desease conmigo, era mi dueña y yo me estaba volviendo su dueño, esta princesa es mía de nadie mas y juro jamas compartirla.

-Te amo...
Volví a decirle e incremente la fuerza de mis embestidas.

Sentí a Dante moverse mientras mi agitación aumentaba y mi gemidos también,
respiré hondo aun sintiendo el dolor, pero al mismo sentía algo nuevo, podría ser el placer del
que tanto eh escuchado hablar, ese placer prohibido para ángeles, me recordó que aun podía morderlo, no quería beber su sangre, no me sentía con la fuerza para eso, pero el dolor me
obligaba a buscar un punto de desahogo.

- Dante...- suspiré o mas bien creo que gemí su nombre, me fui contra su cuello mientras lo
mordía con fuerza, sin traspasar su piel, pero si dejando marca, en solo algunas mordidas
pude sacarle sangre, la cual lamía para no ensuciarlo, su sabor cambió un poco, estaba más
salada, por las gotas de sudor que caían por su pecho.

Los gemidos de Selinne inundaban mi cabeza, aumentaban mi pasión y derretían mi cuerpo, ahora entiendo por que adoran a dios, es tan obvio, crear a tal criatura, tan perfecta, es claramente motivo de respeto hacía el, pero jamas me quedare con mis deseos, sobre todo uno tan grande como el de estar dentro de Selinne.
La tenía, poseía su cuerpo era de mi propiedad, sus suaves piernas me hacían mas facil la entrada a ese paraíso, ya sentía el aroma de su sangre, me separe un poco de ella y saque con mi dedo un poco de esa sangre. Y la lamí con mi dedo.

-Si lejos es el mayor placer de todos...
La mire a los ojos lamiendome los labios.

-Ahora no me detendré aunque llores y sufras de verdad.
La volví a tomar posesivamente de la cintura y le di una fuerte embestida, ahora nada me detendría para triunfar. Me gustaba ver su cara llena de dolor y placer, solo esperaba ver una sonrisa y esta se volvería mi mejor recuerdo.

Sentí como se separaba un poco de mi y eso me dolió, pude sentir como una
lágrima caía por mi mejilla, pasó un dedo por mi entrepierna y vi la sangre, me asuste, eso
no lo sabía, ¿Debía sangrar?, de seguro si, Dante no me dañaría, no con una mala intención,
su dedo quedo con algo de mi sangre, lo lamió y me sonrojé, se relamió los labios mientras me
miraba a los ojos.
No se detendrá aunque... lloré y sufra, comencé a tiritar de temor, ¿Llorar, sufrir?, tenía miedo,
si, lo tenía, Dante tiene una mirada diferente. Demasiado.
Sentí como comenzaba a moverse de forma rápida, fuerte, si nada de delicadeza y el dolor me
inundaba más y más, sentía que algo quería surgir de mi interior, algo oscuro, di un enorme
grito mientras enterraba mis uñas en su espalda, comencé a sentir el placer de que él estuviera
dentro de mi, mis ojos estaban rojos de lujuria, mordí su cuello con fuerza comenzando a beber
su sangre nuevamente, sentía que no era yo, que estaba diferente, que otro lado de mi misma
se apoderaba de mi cuerpo y eso... me excitaba de sobremanera, adiós al angelito, hola a la
a la vampiresa.

La bestialidad con la que mis embestidas hacía Selinne entraban me hacían llenarme de ese placer, lujurioso, esas deseos de casi matarla en el intento.
Pero yo la amo y no quiero matarla, solo quiero llenarme de su placer, excitarme mas de lo que estoy creo que era imposible hasta que sentí sus uñas enterrarse en mi espalda, me estremecí y gemí al sentir sus colmillos perforar mi cuellos con furia, me encanto, creo que el placer que estaba viviendo nunca jamas se repetiría, ni siquiera con ella de nuevo, por que esta era la primera vez, la mejor, la mas dolorosa, la que mas me gusta.

-Si, no dejes de beberla!
Dije haciendo tan fuerte las embestidas que rompí la mesa y caí sobre ella, la alcance a tomar para que no se golpeé pero eso no significo que me detuviera, este era lejos el mejor momento, nuestro climax, sentir que estoy dejando toda mi excitación dentro de ella, hacía arder mi sangre.

Su exquisita sangre venía cargada de lujuria y eso provocaba que los gemidos quisieran salir de
mis labios, pero los contuve, sentía a Dante embestirme cada vez con más fuerza, enredé mis
piernas en su cintura y lo atraje más a mi, sentí la mesa colapsar al momento que el me
tomaba, de seguro para que no cayera y me acomodaba en otra mesa, me despegué de su cuello
a pesar de que me pidió que no lo hiciera y lo miré a los ojos tome su rostro y lo besé con pasión
y sobre todo lujuria, sentía sus embestidas hacer estremecer todo mi cuerpo, ser un ángel es tan
aburrido, está parte de mi debería salir más seguido, le mordí el labio haciendo que corriera
más de su sangre, un beso colmado de lujuria y sangre, ¿Qué podía ser mejor?

Sentirla estremecerse me volvía loco, hasta que se separo de mi cuello, iba a quejarme pero tomo mi rostro y me beso, ese beso estaba cargado de lujuria y pasión acumulada de años, esta era otra Selinne, quizás el que le quitara la virginidad hizo que sacara mas personalidad para hacer lo que nunca me imagine de ella, pero... Una extraña sensacion me invadio, era como si mi Selinne se volviera otra, otra que me gustaría aún mas.
Mordió mi labio y mi sangre caía por el, parecía disfrutar bastante aquel beso lleno de mi sangre.
La lujuria que nos inundaba era muy fuerte, algo me insitava a sacar mi verdadera escencia de demonio, la que mata, la que destruye, la que marca. Mis ojos se tornaron violeta oscuro y brillante, esos ojos que sacamos cuando devoramos, cuando deseamos algo malo.
Tome sus piernas brutalmente y las embestidas se volvieron mas que bestiales, ella parecía soportarlo, pero yo estaba mal, si seguia así, comenzaria a robar su alma y es lo que menos quiero hacer.

-Aleja...alejate....de...mi
Dije suplicandole, mientras ocultaba mi mirada en su cuello, no quiero que ella vea esa parte tan repugnante de mi, el siguente paso si me alimento de ella, sería volverme un demonio.